Con la "forma" se hace referencia a la manera en que se presenta y se estructura la información en una nota periodística. De hecho, la elección de la forma adecuada es esencial para lograr que un producto sea comprensible, atractivo y claro para el lector o espectador.
No basta con cambiar las formas de comunicar, sino que es imprescindible cuestionar las narrativas de fondo y construirlas con lentes de género que permitan complejizar si lo que se está reporteando está contribuyendo a estigmatizar, violentar, o revictimizar mujeres. Aquí te dejamos las estrategias que se utilizan comúnmente y que deben evitarse porque difunden la intersección entre el prohibicionismo, el punitivismo, y la misoginia.
Las mujeres que cultivan hoja de coca, marihuana, o amapola llevan décadas reivindicando su labor como campesinas. Además, aunque en algunos países los cultivos se dan en contextos culturales, en otros se da por contextos económicos que les permiten generar ingresos propios. Las mujeres campesinas no “trabajan para el narco”, son trabajadoras que reivindican su labor como campesinas y no son narcotraficantes.
El reportaje es sobre una mujer que fue víctima de trata de personas y explotación sexual, así que la noticia es más compleja que replicar su falta de agencia o su “caída” en las drogas, pues evidentemente su consumo problemático responde a un contexto mucho más complejo que, además, no debe reducirse a un titular amarillista y a imágenes en busca de clics. Por el contrario, deben buscarse denuncias certeras y cambios de narrativas en estos temas.
Aunque la protagonista del reportaje ha participado en el lavado de activos y en el narcotráfico junto a su esposo, su existencia queda reducida a ser "la esposa del narco". Además, aunque ella encabezó varios delitos porque hacía parte de las dinámicas de la organización, la minimizan por tener una vida excéntrica con "el dinero de su esposo", aunque fuera suyo también.
Por ello, al hacer la reportería correspondiente se debe evitar usar una única fuente, y replicar con ella discursos patriarcales, prohibicionistas, o misóginos. Usar diversidad de fuentes puede dar garantías de no inducir al miedo, no difundir información falsa o parcializada, y no usar las historias de mujeres y drogas como medio extractivista para fortalecer narrativas prohibicionistas y punitivas de las drogas.
El titular y el reportaje dan cuenta de un intento por culpar y revictimizar a Emmily, que fue víctima de un femiicidio y el hecho de que haya consumido SPA no lo justifica ni traslada la culpa.
Las mujeres son víctimas de la estigmatización diferenciada por ser consumidoras de drogas, señalándolas de “adictas” o “irresponsables” por no ejercer una maternidad bajo los roles de género.
El contenido del reportaje da cuenta de la revictimización a Emmily en un intento por culparla, enmarcando su muerte en un contexto de consumo de sustancias que desdibuja los hechos y las evidencias, y crea narrativas de culpa hacia ella.
Entre líneas e implícitamente se replica la idea de que quienes consumen drogas -sobre todo las mujeres- son culpables de lo que les suceda en un contexto de fiesta o drogas, y eso es violento con ellas porque replica narrativas machistas y prohibicionistas a la vez.