“Colombia está cansada. Cansada de poner los muertos y de perseguir a sus campesinos en esta guerra contra las drogas que fracasó”. Así inició la intervención de Laura Gil, la embajadora de Colombia en Austria y representante permanente ante las Naciones Unidas en Viena, durante la Comisión de Estupefacientes (CND) de 2023. Esta introducción, estuvo seguida de un llamado a que la CND se abriera a la posibilidad de reevaluar el enfoque de las políticas de drogas, entendiendo el momento en el que estamos actualmente.

Este año, la revisión de medio término es fundamental para que los Estados hagan un alto en el camino, revisen el estancamiento de sus objetivos y tomen decisiones estratégicas de cara a la imposibilidad de alcanzar un mundo libre de drogas. En ese sentido, este informe ofrece una mirada de la experiencia de Colombia en el marco de los retos que se plantearon en 2019, que hoy están bajo revisión en la CND 67 y, principalmente, plantea la necesidad de que estos se revisen bajo un enfoque de derechos y que, en el mismo sentido se planteen los nuevos objetivos o desafíos para los próximos años. Lo que implica necesariamente reconocer el fracaso de las aproximaciones nacionales e internacionales que se han levantado sobre los hombros de la prohibición.

Para lograr lo anterior, el informe presenta un breve contexto de la política de drogas colombiana desde un acercamiento a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, así como la importancia que ha tenido la sociedad civil en la creación de capacidades durante los últimos años. Posteriormente hacemos un breve balance de los retos planteados en 2019 y cómo se hablan con la realidad colombiana, destacando los vacíos y las buenas prácticas. Y, para finalizar calificamos cuáles de estos se formularon en clave de derechos humanos y cuáles necesitan una nueva aproximación.