Colombia ha sido considerado durante décadas como uno de los mayores productores de sustancias psicoactivas. No obstante, en los últimos años se ha incrementado considerablemente el consumo de drogas, particularmente inyectables y fumables, generando un alto impacto en la salud pública. Ante este problema, es necesario que el gobierno colombiano adopte e implemente estrategias de reducción de daños, como la instalación de Salas de Consumo Supervisado.