CONCEPTOS
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La investigación se erige sobre varios conceptos clave que surgieron del análisis sobre la información recopilada y de la agenda investigativa de Elementa DDHH, los cuáles explicamos a continuación:
I
Interacción: Por interacción nos referimos a la relación que forman las personas usuarias con tres tipos de actores: personas, colectivos o instituciones.
Un ejemplo puede ilustrar mejor estas interacciones: una mujer que usa heroína sostiene, en paralelo y, en ocasiones con intereses contradictorios, relación con: otros usuarios de heroína, su familia, la Corporación Surgir (una de las organizaciones de la sociedad civil que atienden esta población), grupos de seguridad privada, vecinos, policía y Centro Día. Todos estos actores están en capacidad de menguar o potenciar las amenazas a los derechos humanos que sufra esta usuaria.
R
Riesgo: Por riesgo entendemos cualquier interacción que amenace los derechos humanos de una persona usuaria. El riesgo puede ser:
Individual: el cual refiere a los impactos sobre los cuerpos de las personas usuarias, lo cual da paso a una serie de vulneraciones a derechos humanos.
Social: el cual refiere a las consecuencias derivadas de la estigmatización del consumo de parte de los círculos con que se relaciona la persona usuaria. Ello incluye, por ejemplo, discriminación basada en el consumo, prohibición de habitar ciertos espacios o incluso el mismo rechazo familiar.
D
Discriminación: según el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH) se trata de la existencia de preconceptos o prejuicios contra un grupo social determinado, que tienen como efecto la exclusión de ese grupo del goce o ejercicio de derechos, y el consiguiente agravamiento de su exclusión o marginación social. La discriminación, entonces, se consolida cuando estos prejuicios en contra del consumo se traducen en acciones que excluyen a personas usuarias de espacios o relaciones en razón de su consumo.
I
Interseccionalidad: se entiende como la convergencia de distintos sistemas de poder estructurales, los cuales se relacionan y retroalimentan entre sí. Al respecto, es necesario agregar que estas formas de opresión no operan en la práctica desde “una comprensión aritmética de las relaciones entre clase, género y raza y de sus efectos aditivos” en tanto la interseccionalidad supera las tendencias homogeneizadoras de las identidades políticas, analiza los motivos de desigualdad y las circunstancias específicas de cada persona o grupo social.
E
Estigmatización: se expresa de formas distintas dependiendo de la persona usuaria. En ese sentido, si bien se hace referencia de manera frecuente a la estigmatización, es necesario detallar en las particularidades y los niveles de sufrimiento que implica cada caso para no terminar igualando múltiples riesgos bajo una única categoría analítica.
Un ejemplo puede ayudar a ilustrar mejor esta necesidad de detalle: si bien todas las mujeres usuarias de cannabis sufren riesgos en razón de su consumo, la estigmatización que sufren mujeres con mayor nivel socioeconómico (tensiones con sus vecinos o con su familia, principalmente) es distinta a la que padecen mujeres jóvenes de barrios con presencia de bandas delincuenciales. Estas últimas se ven expuestas a las mismas tensiones que las primeras y, además, con riesgos a su seguridad que pueden llegar al acoso o la violencia sexual.
C
Consumos: Uno de los hallazgos novedosos de la investigación fue la comprensión de los distintos imaginarios que atraviesan el uso de sustancias en Medellín, así como los cambios que estos han tenido en el tiempo. Con ello, identificamos dos grupos de consumos:
Orgullosos: en este primer grupo se erige una identidad como usuarios/as, se forman rituales de socialización públicos y, en últimas, se siente “orgullo” por su consumo. En este grupo podemos ubicar el alcohol -siendo esta la SPA de mayor consumo en Medellín- y la marihuana -la segunda SPA de mayor consumo en la ciudad-. Ambas sustancias han transitado de prohibiciones estrictas y persecución a la “aceptación” e integración de su uso en la vida cotidiana de la ciudad.
Vergonzantes: en este segundo grupo se ubican las sustancias sobre las cuales no se puede formar una identidad vocal (en tanto su uso acarrea un estigma social), los rituales de socialización no son públicos y se obliga a los usuarios a sentir “vergüenza” por su consumo. En este grupo se ubican el bazuco, la heroína y los inhalantes, como el sacol.