Nos guste o no, somos hijas e hijos de una sociedad que se basa en las etiquetas y en encasillar a las personas. Algunas en mayor medida que otros, algunas veces más conscientes que otras. Uno de los ejemplos más evidentes de estas casillas, son los roles de género, a partir de los cuales la sociedad espera que actúes de una determinada manera. Si eres hombre esperan que no llores, que seas protector, proveedor, fuerte, autoritario; si eres mujer que seas delicada, protegida, que quieras una familia, que no te vistas de forma provocativa si no quieres problemas, que te gusten los piropos y demás.
Muchas de las actuaciones que la sociedad está esperando de ti como mujer o como hombre están creando espacios idóneos para generar violencia basada en género, una violencia que afecta en mayor medida a las mujeres y que es ejercida más que todo por hombres. Para muchos, esto no es una verdadera problemática, ya que las actitudes que tenemos replican y fomentan estos espacios de violencia y son imperceptibles y normalizadas.
Desde Elementa le hemos apostado a generar un cambio en la forma cómo se están entendiendo estos roles y en la forma en la que los estamos ejerciendo y le estamos exigiendo a los demás que los ejerzan. Este año estuvimos trabajando en el Ministerio del Interior, con la línea de Género de la Dirección de Derechos Humanos, haciendo un acompañamiento técnico a un proyecto que tiene esta línea sobre la construcción de masculinidades complementarias y no violentas. Para nosotras fue todo un reto hablar de este tema con funcionarios públicos, muchos de los cuales no consideran que este tema tenga importancia alguna. Pero también fue un logro contribuir en el posicionamiento de la temática y hacer evidente la importancia de generar un cambio en todos los ámbitos de la sociedad. En el marco del día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, que se celebra este 25 de noviembre, Elementa las y los invita a marchar, salir a las calles para defender la igualdad entre los géneros y eliminar todo tipo de violencia contra las mujeres. Pero más allá de las acciones que hagamos este próximo sábado, las y los invitamos a hacer una reflexión, pensar qué actitudes podrían cambiar en su día a día, ¿se están exigiendo tener comportamientos para cumplir con los roles que la sociedad les ha impuesto? ¿se los están exigiendo a otras personas? ¿pueden identificar una o más exigencias que la sociedad le está haciendo a las mujeres por ser mujeres? ¿Consideran que pueden hacer algo para cambiar esto? Y, adicionalmente, las y los invitamos a pensar en buscar, en su día a día, siempre el respeto hacia las mujeres, no por pensar que “puede ser tu mamá, tu hermana, tu abuela o tu vecina”, no, simplemente por el hecho que igual que tú, son seres humanos y merecen el mismo grado de respeto que cualquier otra persona. Así que al final no importa como se vistan, no importa lo que estén haciendo, no importa a qué se dediquen, la violencia contra la mujer nunca debe ser una realidad y mucho menos si es ejercida para cumplir con las exigencias que la sociedad te está imponiendo. ¡Salgamos de lo “normal”! ¡Salgamos de las casillas y las etiquetas! ¡Busquemos entre todos y todas, una sociedad libre de violencia contra las mujeres! ¡Salgamos a la calle este 25 de noviembre!
